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HECHOS DE LOS APÓSTOLES 46 chad *. 17 El Dios de este pueblo, de Israel, eligió a nues– tros padres, engrandeció al pueblo durante la permanencia en Egipto y mediante su poder excelso los hizo salir de allí; 18 durante cuarenta años los alimentó en el desierto *. 19 Aniquiló a siete naciones en Canaán y les dio su terri– torio en herencia. 20 Habían pasado unos cuatrocientos cincuenta años. Después les dio Jefes hasta el profeta Sa– muel. 21 Luego pidieron rey y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, de la tribu de Benjamín, por espacio de cuarenta años. 22 Destituyendo a éste, Dios les dio por rey a David, de quien hizo este elogio : He encontrado a David, hijo de José, hombre hecho a la medida de mi corazón, el cual cumplía todos mis deseos *. 23 De su linaje Dios, según lo había prometido, ha suscitado un salvador que es Je– sús. 24 Juan preparó su venida predicando a todo el pue– blo de Israel un bautismo de penitencia. 25 Al terminar Juan su misión, decía : Yo no soy el que vosotros os ima– gináis ; sino que detrás de mí llega alguien a quien yo no soy digno de desatar su calzado. 26 Hermanos, hijos de Abraham y cuantos teméis a Dios, a vosotros ha sido enviado este mensaje de salvación. 27 De hecho los habi– tantes de Jerusalén y sus jefes no reconociéndolo y con– denándolo dieron cumplimiento a las palabras de los pro– fetas que se leen cada sábado. 28 Y sin encontrar motivo alguno digno de muerte, pidieron a Pilato que le hiciese morir. 29 Una vez que hubieron cumplido cuanto acerca de él estaba escrito, lo bajaron del madero y lo colocaron en el sepulcro. 30 Pero Dios lo resucitó de entre los muer– tos. 31 Por espacio de muchos días se apareció a los que habían subido con él desde Galilea a Jerusalén, los cuales ahora son testigos suyos ante el pueblo. 32 Y nosotros os anunciamos la promesa hecha a nuestros padres, 33 la cual Dios ha cumplido para nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús, según está escrito en el salmo segundo : Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy *. 34 Dios le resucitó de entre los muertos para que no vuelva nunca a la corrup- 18 Dt 1, 31. 22 1 Sm 13, 14; SI 89, 20 ss. 33 SI 2, 7. ª4 Is 55, 3.

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