BCCCAP00000000000000000001108

HECHOS DE LOS APÓSTOLES 36 Visión de Pedro 9 Al día siguiente, mientras ellos caminaban y se acer– caban a la ciudad, subió Pedro a la azotea, a eso del me– diodía, para hacer oración. 10 Sintió hambre y quiso tomar algo; mientras le preparaban la comida, cayó en éxtasis. 11 Vio el cielo abierto y un objeto, algo así como un gran mantel, anudado por las cuatro esquinas, que bajaba y se posaba sobre el suelo. 12 Dentro había toda clase de ani– males, de la tierra y del cielo; cuadrúpedos, reptiles y aves. 13 Una voz le dijo: Pedro, levántate, mata y come. 14 Pe– dro respondió: De ningún modo, Señor, porque nunca he comido nada profano o impuro. 15 De nuevo habló la voz: Lo que Dios ha purificado no lo tengas tú por impuro *. 16 Por tres veces sucedió esto, y en seguida el objeto fue llevado al cielo. Llegan los emisarios de Cornelio 17 Pero, mientras Pedro perplejo discurría sobre el sig– nificado de la visión que acababa de tener, los hombres enviados por Cornelio, habiéndose enterado dónde estaba la casa de Simón, se presentaron a la puerta. 18 Llamaron y preguntaron si era allí donde se hospedaba Simón por sobrenombre Pedro. 19 El Espíritu dijo a Pedro, que se– guía aún reflexionando sobre la visión: Ahí están tres hom– bres que te buscan *. 20 Anda, baja y vete con ellos sin titubear, porque yo les he enviado. 21 Bajando Pedro jun– to a los hombres, les dijo: Yo soy aquel a quien buscáis. ¿ Qué motivo os trae aquí? 22 Ellos respondieron: El cen– turión Cornelio, hombre justo y temeroso de Dios, que 15 Con esta visión Pedro debe comprender que Dios ha anulado las prescripciones sobre aJimentos puros e impuros. Consecuencia práctica : No existen diferencias entre judíos y paganos con relación al nuevo reino. 19 El significado de la visión aparece claro : Todos los hombres, sin distinción alguna, tienen cabida en la iglesia nueva. 23 Estos hermanos de Jope, según se dice más adelante, eran seis (11, 12). 28 La ley mosaica no prohibía toda relación con los paganos, pero si la tradición rabínica. Las comunidades judías se constituían en ver– daderos cotos cerrados en las ciudades paganas.