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HECHOS DE LOS APÓSTOLES 28 Santo, fijando los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús a su derecha. 56 Y exclamó : Veo los cielos abier– tos y al Hijo del hombre a la derecha de Dios. 57 Lanzando grandes gritos, se taparon los oídos y todos a una se arro– jaron contra él; 58 y, sacándolo fuera de la ciudad, comen– zaron a apedrearlo. Los testigos dejaron sus vestidos a los pies de un joven llamado Saulo. 59 Y mientras le apedrea– ban, Esteban oraba así: Señor Jesús, recibe mi espíritu *. 60 Puesto de rodillas, exclamó en alta voz: Señor, no les atribuyas este pecado. Y, dicho esto, murió*. La lglesi,a de Jerusalén es pers'eguid'a 8 Saulo, por su parte, aprobaba su muerte. Aquel mis- mo día se desencadenó una violenta persecución con– tra la iglesia de Jerusalén. Todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por los poblados de Judea y Samaria. 2 Hom– bres piadosos enterraron a Esteban e hicieron por él gran duelo. 3 Saulo, a su vez, hacía estragos en la iglesia, yendo de casa en casa, llevaba por la fuerza a hombres y muje– res y los arrojaba en la cárcel *. 4 Mientras, los que se ha– bían dispersado, iban de lugar en lugar predicando la pa– labra. 5 De este modo bajó Felipe a la ciudad de Samaria 59-60 Esteban, primer mártir, adopta una actitud semejante a la del Maestro. Sus palabras son eco fiel de las pronunciadas por Cristo y transmitidas por San Lucas (23, 34, 46). Para indicar la muerte de Esteban, el texto emplea una palabra que literalmente significa "dormir" y metafóricamente "morir". Con este significado se emplea frecuentemente en el Nuevo Testamento, principalmente en las epístolas de San Pablo ; también se encuentra en el griego clásico. De aquí proviene la denominación de "cementerios" (dormitorios) a los luga,res donde reposan los creyentes en espera de la resurrección. 1 La persecución dispersa providencialmente a los cristianos para cumplir la orden del Salvador (1, 8). No es una huída cobarde y esté– ril, sino valiente y fecunda, pues por donde pasan anuncian el men– saje de salvación (8, 4). 3 Saulo se distingue por su fanatismo- En sus cartas hará alusión a esta postura suya con relación al Cristianismo (1 Co 15, 9; GI 1, 13; FI 3, 6; 1 Tm 1, 13). El hecho de que pueda encarcelar, indica que actúa con plena autoridad, 5 Felipe es uno de los siete diáconos helenistas (6, 5) cuya actividad se describe más adelante también (21, 8), donde se le llama "evange– lista" para distinguirlo del apóstol de igual nombre.

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