BCCCAP00000000000000000001108

27 HECHOS DE LOS APÓSTOLES fetas: ¿Me ofrecisteis acaso víctimas y sacrificios durante cuarenta años en el desierto, pueblo de Israel? * 43 Transpor– tasteis, más bien, la tienda de Moloc y la estrella del dios Refán, ídolos fabricados por vosotros mismos para adorar– los; del mismo modo os transportaré yo más allá de Ba– bilonia. 44 Nuestros padres tenían en el desierto el taber– náculo del testimonio, según había dispuesto quien mandó a Moisés fabricarlo, conforme al modelo que había visto. 45 Nuestros padres lo recibieron e introdujeron bajo el mando de J osué, en la tierra conquistada a los gentiles, a quienes Dios expulsó delante de nuestros padres. Y así hasta los días de David. Discurso de Esteban referente a David 46 Este halló gracia a los ojos de Dios y pidió el favor de construir una morada para el Dios de Jacob. 47 Pero fue Salomón quien se la edificó. 48 Aunque el Altísimo no habita en casas construidas por los hombres, como dice el profeta: 49 El cielo es mi trono y la tierra· el escabel de mis pies. ¿Qué casa me vais a construir o cuál será el lugar de mi morada? * 50 ¿Acaso no he hecho yo todas estas cosas? 51 Hombres de dura cerviz, incircuncisos de corazón y ·de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; lo mismo que fueron vuestros padres así sois vos– otros también. 52 ¿A qué profeta no persiguieron vuestros padres? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, de. quien vosotros os habéis hecho traidores y ase– sinos. 53 Vosotros que recibisteis la ley por mediación de los ángeles y no la observasteis. Martirio · de Esteban · . 54 Al oír esto se carcomían de rabia en su corazón y re.chinaban· los dientes contra él *. 56 Lleno del Espíritu 49 Js 66, 1-2. 54 El auditorio, no pudiendo aguantar tales. reproches, interrum– pe al orador. Acusar a los judíos de no cumplir la. Ley era herirles en la nifia de los ojos. El mismo San Pablo reconoce lealmente el celo de sus compatriotas (Rm 10, 2). Sin embargo, el reproche de Esteba,n estaba bien fundado : el homicidio de Cristo conculcaba la Ley en sus fundamentos esenciales.