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HECHOS DE LOS APÓSTOLES 24 Discurso de Esteban referente a los patriarcas 7 El Sumo Sacerdote preguntó: ¿Es esto verdad?*. 2 El respondió : Hermanos y padres, escuchad. El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abraham cuando es– taba en Mesopotamia, antes que viniese a vivir en .Harán *, 3 y le dijo: Deja tu país y tu parentela y vete a la tierra que yo te indicaré *. 4 Entonces, saliendo del país de los caldeos, se estableció en Harán. De aquí, después de la muerte de su padre, Dios le hizo emigrar a esta tierra que vosotros habitáis ahora. 5 Y no le dio propiedad en ella, ni siquiera un pie ; sin embargo, le prometió dársela en posesión a él y a su descendencia, a pesar de que no tenía hijos *. 6 Y Dios habló así: Tu descendencia vivirá en tie– rra extraña, será esclavizada y maltratada durante cuatro– cientos años. 7 Pero Yo juzgaré la nación de la que han sido esclavos, palabra de Dios. Después de esto saldrán y me darán culto en este mismo lugar *. 8 Luego hizo con él el pacto de la circuncisión; por eso, habiendo engendrado a Isaac, lo circuncidó al octavo día. Isaac hizo lo mismo con Jacob, y Jacob con los doce patriarcas. 9 Mas los pa– triarcas, llevados de la envidia hacia José, lo vendieron con destino a Egipto. Pero Dios estaba con él, 10 y lo libró de todas las tribulaciones y le concedió gracia y sabiduría ante el Faraón, rey de Egipto, quien le constituyó goberna– dor de Egipto y de toda su casa. 11 Sobrevino. gran hambre en todo Egipto y en Canaán. La miseria era alarmante y nuestros padres no encontraban qué comer. 12 Enterán- 1 El Sumo Sacerdote, como presidente del Sanedrín, invita al acu– sado a defenderse de la.s acusaciones- 2 Esteban se dirige con gran respeto y deferencia a los sanedritas. En su alocución describe las principales etapas de la historia del pue– blo hebreo. En cada una de ellas aparece la bondadosa misericordia de Dios y la ingratitud inmisericorde de Israel. La última fase de esta historia la ocupa Jesucristo, el Mesías, a quien los judíos, siguiendo las huellas de sus antepa,sados, han dado muerte ignominiosa. El alegato exacerba los ánimos de los sanedritas que deciden dar muerte al acusado. 3 Gn 12, l. 5 Dt 2, 5 ; Gn 13, 15. 6 Gn 15, 13 ss. ; Ex 12, 40. 7 Gn 65, 14; Ex 3, 12.
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