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HECHOS DE LOS APÓSTOLES 16 la persona de Jesús la resurrección de los muertos. 3 Les echaron mano y los metieron en la cárcel hasta el día si– guiente, pues ya era tarde. 4 Sin embargo, muchos de los que habían oído el discurso creyeron; el número de hom– bres llegó a unos cinco mil. 5 Al día siguiente, los jefes de los judíos, los hombres de relieve y los escribas se reunie– ron en Jerusalén * ; 6 estaban también el Sumo Pontífice Anás, Caifás, Juan, Alejandro y cuantos pertenecían a la familia pontifical *. 7 Hicieron comparecer a los apóstoles y comenzaron a interrogarles: ¿ Con qué poder o en nom– bre de quién habéis vosotros hecho esto? * P'edro se defiende 8 Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo : Jefes del pueblo y hombres de relieve, ya que hoy se nos interroga en juicio, con motivo del bien realizado en favor de un enfermo, en virtud de quién ha sido éste curado, 10 sabedlo todos vosotros y sépalo todo el pueblo de Is– rael: en el nombre de Jesucristo, el Nazareno, a quien vos– otros habéis crucificado, y a quien Dios ha resucitado de entre los muertos, por él se presenta este hombre sano ante vosotros. 11 Aquél es la piedra desechada por vosotros, los constructores, y que ha venido a ser piedra angular *. 12 En ningún otro se halla la salvación. Porque no hay otro 5 Se nombran los tres estamentos que componían la gran asamblea de Israel. 6 Ca.ifás, cuya actuación en el proceso a Jesús es bien conocida, era el Sumo Sacerdote cuando compa,recen los apóstoles ante el Sanederín. San Lucas reserva el título de Sumo Sacerdote para Anás, sin duda por la influencia que ejercía sobre su yerno Caifás, y además, porque quien había sido Sumo Sacerdote conservaba gran parte de los derechos y obligaciones del Sumo Sacerdote en funciones y también el título. 7 Según el ritual, los sanedritas se sentaban en semicírculo, presidi– dos por el Sumo Sacerdote; en medio estaban los acusados. La pre– gunta de los sanedritas se refiere a, la curación del tullido narrada en 3, 1-8. 11 SI 118, 22. 12 Pedro, asistido por el Espíritu Santo, muestra una valentía y una firmeza admirables ante las autoridades religiosas de Israel. Jesús, que ha curado al tullido, se constituye en única fuente de salvación para todos los hombres. "No hay otro nombre" es una expresión semita que indica la persona misma de Jesús.

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