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HECHOS Dl', LOS APÓSTOLES 14 llamada Hermosa, para pedir limosna a cuantos entraban en el templo. 3 Este hombre, viendo a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les pidió limosna. 4 Pedro y Juan, mirándolo fijamente, le dijeron: Míranos. 5 El les miró atentamente esperando recibir algo de ellos. 6 Pero Pedro dijo: No tengo plata ni oro, mas te doy lo que t(mgo. En nombre de Jesucristo, el Nazareno, camina. 7 Y to– mándole la mano derecha lo levantó, e inmediatamente se robustecieron sus pies y tobillos; 8 de un salto se puso en pie, y comenzó a caminar; entró con ellos en el templo andando, saltando y alabando a Dios. 9 Todo el pueblo le vio caminar y alabar a Dios. 10 Reconociendo que era el mismo que se sentaba ante la puerta Hermosa para pedir limosna, se llenaron de estupor y admiración por lo que le había sucedido. 11 Como él no se apartaba de Pedro y Juan, todos, transidos de asombro, corrieron hacia ellos en el pórtico llamado de Salomón. Discurso de Pedro en el templo 12 Viendo esto Pedro, se dirigió al pueblo así: Israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿Por qué os fijáis en nos– otros como si por nuestro poder o por nuestra virtud hu– biésemos hecho caminar a este hombre? * 13 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres ha glorificado a su siervo Jesús, a quien vosotros entregas– teis y rechazasteis en presencia de Pilato, cuando éste es– taba decidido a soltarle. 14 Vosotros rechazasteis al Santo y al Justo y pedisteis gracia para un homicida. 15 Disteis muerte al autor de la vida, a quien Dios resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. 16 Y a este hombre, a quien veis y conocéis, por haber tenido fe, le 1 La Ley (Nm 28, 3-4) prescribía la oblación de un doble sacrificio : uno por la mañana y otro a las tres de la tarde. Los judíos piadosos practicaban la costumbre de orar tres veces al día : a la hora de los dos sacrificios y a la puesta del sol. 12 El discurso de Pedro se divide en dos partes : en la primera (12- 16), Pedro explica, el milagro, afirmando que la curación es obra de Jesús, muerto por los judíos, pero resucitado por Dios ; en la segunda parte (17-26), se exhorta a los judíos a una conversión sincera a fin de participar de los bienes mesiánicos.