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-6- príncipe de este mundo, aunque no hay en Mí cosa que le pertenezca. Más a fin de que conos– ca el mundo que Yo amo al Padre y que cumplo con lo que me ha mandado. Explicación literal Es muy digna de ser notada la insistencia del divi– no Maestro en afirmar que lo fundamental de la ley evan• gélica es el amor. Repetidas veces le hemos oido decir frases como esta, «El que me ama guardará mis manda– mientos» «Toda la ley y los Profetas están comprendi• dos en el amor de Dios y del prójimo» «La plenitud de la ley es el amor» «El signo característico de los discí– pulos de Jesús es el amor mutuo» El santo Evangelio que se lee hoy nos traslada hasta el manantial mismo del amor que es el Espíritu Santo. El es el amor del Padre y del Hijo personificado en una aspiración divina como su principio. De donde fácilmente podemos deducir que, si toda la Ley y toda la perfección moral cristiana radi– ca en el amor sobrenatural, el hombre deberá inspirar– se en la tercera Persona de la SSma. Trinidad para po– seer la ciencia divina del amor verdadero con el que re– gulará hasta su plenitud toda su vida afectiva sabrena– tural. En cuanto nuestros afectos quedan inspirados por el Espíritu Santo, nuestro querer se levanta al orden trascendental en el que Dios mismo se ama y nos ama, entramos en la participación de vida divina, y las Tres divinas Personas vienen a habitar en nuestra alma, gracias a esta mansión sobreviene la paz, ta paz de Dios:

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