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-59- Explicación para los niños ¡¡Qué espectáculo tan d.eliciosol! ... Jesús, subido en la barquilla de Simón Pedro el pescador, se aleja un poco de la orilla y sentado en aquella cátedra movible, dirige la palabra a numeroso pueblo que extasiado le escucha, sentados unos en lo arena, subidos otros sobre las ne– gras rocas bajas de basalto que se introducen en el agua. El sosiego de la naturaleza, bajo el cielo transparente de Siria, daba encanto embriagador a la escena; las olas me– cen la barquilla y acompaí'ían con su debil rumor las ar– monías de la voz suavísima de Jesús que habla del reino del cielo. Pedro, Juan y Santiago mantenían con los re– mos la barca en el mismo punto donde las anhelantes mi– radas de nifios, nifias, mujeres y hombres de todas clases sociales veían el rostro hermosísimo del Divino Maestro. ¿Qué templo, qué catedral, ni púlpito podría igualarse con aquel templo, bajo la bóveda del firmamento, y con aque– lla cátedra, improvisada en el lago de Cafarnaúm? La mu– chedumbre se hubiera estado oyendo a Jesús embelesada, sin comer ni beber, todo el día, pero El suspendió el dis– curso y mandó a Simón que remara hacia adentro, y cuando ya estaban muy internados dispuso que echaran las redes para pescar, como lo hicieron, con )el resultado que habeis ofdo en el Evangelio. Pero... ¿qué significa todo esto? me direis, pues no nos cuenta el historiador las ensefianzas que en aquella ocasión dió el Maestro al pue-

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