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-54- sucristo en ella. La escena evangélica de hoy es la his– toria anticipada de la obra de Jesús. Argumento apologético Pensemos ahora brevemente en la forma como se cumplió el designio de Jesucristo. El hecho de la difu– sión del Cristianismo, en cuanto la persecución del Sa– nedrín dispersó la naciente Iglesia, es una demostración concluyente de las energías divinas que sostienen la barquilla de Pedro; aun no habían sido escritos los eva– gelios y ya et Evangelio había sido predicado en casi todo el Imperio Romano y rebasado por muchas partes sus fronteras. Jesucristo es conocido en todas las pro– vincias del Asia Romana desde los arenales de la Arabia hasta las playas del Ponto Euxino; penetra en el con– tinente africano, en Egipto y en la Cirenáica; entra en Europa por Macedonia, Acaya, Epiro, Iliria y Dalmacia; avanza por el sur de Italia y pronto forma en Roma in– gentente muchedumbre, al decir del historiador pagano Tácito; llega por fin a Espafia por el Occidente hasta las columnas de Hércules; ha surcado el Mediterráneo; está firmemente establecido en el centro del Imperio. No habían pasado treinta afios desde la muerte del Maestro y el relámpago de su palabra, partido de Siria iluminó casi a un tiempo el Asia Menor, Grecia y Ro– ma, y su trayectoria describe todas las curvas del Me– diterráneo; la barca de Pedro, remando mar adentro, se aleja de la playa de Galilea y aporta a Ostia; Jerusa– lén deja de ser el centro religioso del mundo que mira hacia Roma y de' allí recibe la palabra de salvación; allí

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