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-43- con et mal. Jesús fué inflexible para condenarlos y mu– rió víctima de ta Verdad que de si misma es intransi– gente. Y yerran también escandalizándose de ta bondad de ta Iglesia al recibir al pecador arrepentido de su error o de sus delitos. Los fariseos modernos, como tos anti– guos, abominan de la tolerancia cristiana que aborrece et mal y trata con el malo con caridad y condescenden~ cia, por encima de todo interés bastardo; y proclaman la complicidad de las falsas doctrinas y actos pecamino– sos que ellos aceptan, si no van contra su bolsillo o sus ambiciones y sus torcidos designios; tal es su falsa to– lerancia. Jesús vino a buscar como médico a los enfermos del alma, a tos pecadores, a los pródigos con amor pa– ternal infinito, y, cuando acuden a Et con sinceridad muéstrales suma complacencia, recíbelos con sumo amor y tos admite en su reino, aunque sean ladrones ilumina– dos por la luz de sus ojos moribundos en ta cruz, o gen– tiles ejecutores del suplicio sangriento con que redime a todos, y no obstante, mantiene inflexibles las eternas leyes de la justicia, de la verdad y del bien. En cambio tos falsos doctores socavan la base de la moral y de la justicia, proclamando su desden por toda doctrina que no entre en sus cálculos mezquinos; empujan así al mal a los incautos, ponen escándalos en et camino de las mujeres honestas para que, por agradartos, dejen de ser– lo y cuando las ven caidas las desprecian y pretenden que las apedreen, y,se avergilenzan de rehabilitarlas; se tienen a menos de levantar ª-1 caido. Explotan al pueblo y lo pervierten con falsas doctrinas, y cuando et pueblo se va sobre ellos, reclaman sanciones pena-