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-33- gracia: y la prueba es que en el momento que esos convencidos reforman su vida, rompen con un compro– miso político, o caen en la obscuridad de la vida priva– da, o se ven libres de algunas trabas de negocios dudo– sos o de mujeres pevversas, o de amigos corrompidos, es decir, en cuanto recobran la serenidad y con ella la vista del alma y la libertad moral necesaria para el bien, se vuelven a Dios, desaparecen todas las argumentacio– nes científicas y todos los pretendidos conflictos ideoló– gicos, y... creen y... practican y· se sienten hijos de la verdad y de Dios, y están a gusto en la casa de su Pa– dre y comen a su mesa ~on los humildes, con los castos, con tos sinceros y dóciles para el bien. Argumento moral Aquí está el secreto; ésta es la labor ruda a veces del enviado de Dios, habérselas con el orgullo que es la lujuria del espíritu, o con la sensualidad que es el or– gullo de la carne, para tiegar al alma inmortal por la dulce violencia de quien ama y lleva el Evangelio, or– denador del hombre interior y exterior. El padre y la madre en el hogar son apóstoles por derecho divino natural y han de adoctrinar a sus hijos previniendo todo prejuicio pasional que más tarde les servirá de parapeto para escudarse contra la verdad. Tienen los padres verdaderoJnterés en mantener a sus hijos dentro de los dominios de la casa de Dios, sen– tarlos a la Sagrada Mesa Eucarística tan oportunamen– te q-ue Jesús ocupe el primero el corazón, la inteligen- 3

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