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304 INDICE Dios mediante la caridad; quien no está vesti– do así de Cristo no participará de su herencia en el Cielo . . . . . . . . . . . . . 228 Vigésimo Domingo después de Pentecostés.– Es agravio a la bondad y a la veracidad de Dios condicionar nuestra fe y confianza a la concesión de sefíales y gracias prodigiosas, como si El no las adelantara oportunamente y no tuviera otros títulos para ser creído y amado. . . . . . . . . . . . . 241 Vigésimo primero Domingo después· de Pen– tecostés.-La ley de la caridad debe moderar en nosotros las exigencias de la justicia para con nuestros prójimos; de lo s.::mtrarh mere– ceremos que Dios sea riguroso y sin miseri– cordia en el día de la cuentas. . · . . . • . 252 Domingo vigésimo segundo después de Pente– costés. -La necesaria distinción entre el po– der espiritual y el poder material hecha por Nuestro Sefíor Jesucristo es el principio de la libertad de las almas y base de la civilización cristiana . • . . . . . . . . . . . 265 Vigésimo tercer Domingo después de Pentecos– tés.- Jesucristo «es la resureción y la vida; quien cree en El aunque haya muerto vivirá y todo el que vive y cree en El no morirá para siempre)). . . . . • • . . . . . • . 278 Vigésimo cuarto Domingo después de Pente– costés.-La confianza de les discípulos del Evangelio no sufrirá menoscabo cuando sobre– vengan los acontecimientos que marcarán el fin del judaísmo y el fin del mundo. En ambas crisis comenzará el reinado de Jesucristo y se cumplirá la Redención comenzada en el amor del Hijo y en el apoyo y cooperación de la di- vina Madre . . . . . . . . . . . . . 289

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