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302 INDICE dad de los días a esto consagrados. • . • . 75 Séptimo Domingo después de Pentecostés.– Las obras del cristiano deben ser expresión fiel de la doctrina que profesa, so pena de ser un hipócrita y merecer la desconfianza de Dios y de los hombres . . . . . . . . . . • 87 Octavo Domingo después de Pentecostés.:_La riqueza dada por Dios al hombre en adminis– tración es el seguro de los pobres; y la inter– cesión de estos es el seguro de la salvación de los ricos . • . . . . . . ,, . . . . . 97 Nono Domingo después de Pentecostés.-La ri– gurosa actitud de Jesús ante las profanaciones del templo de Jerusalén nos enseí'la el respeto que merece la Casa de Dios y los fines por los cuales debemos entrar en ella . . . • . • 100 Décimo Domingo después de Pentecostés.-La soberbia es vicio detestable a Dios y a los hom– bres; así como la humildad atrae la Bondad di- vina y es prueba de bondad para con nuestros semejantes . . . . . . . . . . . . . 121 Undécimo Domingo después de Pentecostés.– La ignorancia religiosa es gravísima enferme– dad del alma; quien la padece no puede hablar de Dios sin blasfemar y escandalizar; solamen– te oyendo antes atentamente la palabra de la revelación divina sabremos hablar rectamente y enseí'lar a los demás . • • . . . . . . 132 Duodécimo Domingo después de Pentecostés.– La caridad perfecta consiste en darse al próji– mo por amor de Dios sin aceptación de ·perso• nas, haciendo por los otros lo que, en iguales circunstancias, quisiéramos se hiciera con no- sotros. . . . . . . . . . . . . . . 144 Décimo tercer Domingo después de Pentecos-

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