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-291- por cierto que ya et Hijo de Hombre está para llegar; que ya está a la puerta. Lo que os asegu– ro es, que no se acabará esta generación hasta que se cumpla todo esto. El cielo y la tierra pa– sarán, pero mis palabras no fallarán. Aclaración literal del texto Con este domingo concluye el ciclo de festividades litúrgicas en las cuales se nos ofrece la vida de Jesu– cristo como un ejemplar viviente de enseñanzas divi– nas, ordenadoras de nuestra vida cristiana. Antes de iniciarnos de nuevo en el Adviento como preparación a celebrar la primera venida del Redentor, la Iglesia ofrece a nuestra consideración en el evangelio de hoy, ta lúgubre profecía anunciadora de la catástrofe nacio– nal del pueblo judío, y de su desahucio, por traidón al destino providencial de una raza de cuya sangre nace– ría el Redentor. Y como el pueblo cristiano heredero de las promesas de tos hijos de Abrahan vería tambien un día las sanciones tremendas de los prevaricadores obstinados en no aprovechar la Redención, et divino Maestro une las dos profecías con el principio del rei– nado suyo en la tierra y en el cielo para infundir con– fianza a sus verdaderos discípulos, que,antes de concluir aquella generación, verian derrumbarse Jerusalén; y a los discípulos de las postreras generaciones cristianas que asistieran a la catástrofe final de la tierra. «Veis todas esas magníficas construciones, había dicho a los apóstoles entusiasmados por la grandeza de ta ciudad

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