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-287 - perando 1., que sucederá; ,,Pero señor, interrumpe el po– bre Jairo, vamos de prisa que mi hija se va a morir antt:s de llegar nosotros»; Jesús muy tranquilo espera que la mujer curada repentinamente diga cómo sucedió el mila– gro, y le dice unas palabras muy afectuosas alabando sufe, y sigue tranquilamente andando. Ahora pregunto yo: ¿los niños y los mayores que tan de cerca tocaban a Jesús porqué no recibieron alguna gracia parecida, y solo la mujer que tocó la extremidad de su vestido fué milagrosa– mente curada?: porque ninguuo le tocaba con fe: iban allí por curiosidad a ver que pasaría en la cas.a de la niña moribunda. Por lo mismo, puede asegurarse que ninguno tocaba el alma, el Corazón, la omnipotencia de Je&ús; se quedaban con el contacto puramente mal.erial. Es como si un niño entra con los:oios vendados en una habitación lle– na de luz; no ve porque no toca con sus pupilas la luz, sino con la venda de trapo, y se queda tan a obscuras, porque la luz resbala y se pierde en los plieges de la venda. O como una nilia con mucha sed y que tiene en las manos una botella de agua muy fresca ) se queda mirando a los dibujos que tiene grabados: ¿se le quitará la sed? no, de ninguna manera; pues la humedad y la frescura del .agua han de tocar al paladar donde se siente la sed y no en los ojos hechos para ver los colores y los dibujos. Pues así pasa a muchísimos niños que estan constantemente cerca de Jesús en el catecismo, en el templo, junto al Sagrario, tocándolo, recibiéndolo y poniéndose el parecer en comu– nicación con El. Se quedan tan malos como antes, porque no le tocan con el alma, con el corazón donde tirnen el mal. Y si no, ved lo que pasó con la niña, hija de Jairo; llegan por fin a su casa y; ... encuentran, no una eufermi• ta, sino un cadáver amortajado y todo, tendido en su Je– cho rodeado de flores y de coronas: y en derredor del ca-

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