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-286- Explicación para los niños Cuando oí yo leer el Evangelio del día pensaba mu– cho en vosotros, mis queridos nií'íos: primero porque, co– mo veis, se trataba de la resurrección de una nifia y se– gundo, porque mientras Jesús iba caminando lentamente hacia la casa donde había ocurrido aquella desgracia, la gente, la muchedumbre los estrujaba por todos los lados, y seguramente que los chicos irían los primeros tocando a Jesús y estorbándole el paso; y no era, para menos, pues el suceso era bien llamativo; allí iba Jairo, el padre de la nifia, llorándola por muerta y dando prisa al Sefior para que llegara a tiempo: al mismo tiempo se observa que Jesús no tiene esas prisas, que prefiere que la nifia se muera por darse el placer de resucitarla. Mientras tanto, entre los niños y niñas que revoloteaban entre los pies de los caminantes, se ve de pronto aquella pobre mujer que consigue tocar la borlita de la punta del manto del Divin'll Maestro. Fijáos bien: los niños y las personas mayores estrechaban sin consideración a Jesús, le toca– ban el manto, la túnica, las manos y hasta los pies, y no le dejaban andar; habría entre tanta gente, enfermos de los cjos, de las muelas, niños raquíticos y otros males, con el alma y el cuerpo enfermo y de repente pr,egunta Jesús; ¿quién me ha tocado?.• Sefior responde S. Pedro muy lis– to: ¿quien?.. pues todos, todos os tocan y os atropellan. No, no, alguien me ha tocado, pues yo he conocido que he hecho un milagro. Todos se paran, todos se quedan es-

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