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-279- ñedores de flautas, o música fúnebre, y el alboroto de la gente, decía: Retiráos, pues no está muerta la niña, sino dormida. Y hacían burla de El. Mas echada fuera la gente, entró, la tomó de la mano, y la niña se levantó, y divulgóse el suceso por to– do aquel país. Aclaración literal del texto. Et milagro de las bodas de Caná había despertado el entusiasmo de los galileos por el nuevo Profeta que aparecía entre ellos; todos cuantos lo supieron, unían· la señal prodigiosa con la gallarda actitud del Joven galileo al levantarse poco hacía en plena Sinagoga, y · comentar el pasaje de Isaías que, como al acaso, en– contrara al abrir el libro santo, y declarando sin amba– jes que cuanto allí se anunciaba del Mesías, se cumplia ante ellos y en su propia persona. El entusiasmo popu– lar y el ansia de reivindicaciones nacionales se con– densaba así en torno de J ~sús, y de todas partes co– menzaban a llegar peregrinos por verlo o por presen– ciar nuevos prodigios. Así se explica que tan al princi– pio de la vida pública del Salvador se encadenaran los milagros como acabamos de oír relatar en el texto sa– grado de hoy. Pocos días habían pasado desde la maravillosa .conversión del agua en vino, cuando llega, ante el Di– vino Maestro, el jefe de la Sinagoga llamado Jairo pi– diéndole, acongojado, que vaya sin tardanza a su casa, pues en ella ha dejado una hija suya moribunda. Ante el apremiante ruego del padre, Jesús se conmueve y

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