BCCCAP00000000000000000001106
-262- entre tanto yo me quedo sin lo mío y ella se queda muy ufana creyendo que yo no puedo contestarle: entre tanto mi compafiero se queda envalentonado, porque se figura que yo no soy capaz de ajustarle las cuentas: y... ahí tenéis a los nifios rifiendo, exigiendo quedar siempre con razón, y muy tranquilos; después van y rezan el Padre nuestro y dicen, sin pensar en lo que dicen: «Sefior, per– dóname a mí de la misma manera que yo perdono». ¡Po– brecitos, si Dios tomara esa oración al pie de la letra: cómo les ajustaría las cuentas!! Eso es lo que Je pasó a aquel criado tramposo que debía a su sefior tantos miles de pesetas, que aunque vi– viera mil años no acabaría de pagárselas; El sefior lo llama y le intima la orden de pagar; pero Sefior... si soy pobre, si no tengo,.. si aunque venda a mis hijos y a mi mujer no me llegaría para comenzar a pagar; perdonadme aguardadme, yo veré modo de juntar dinero; y claro... ante tantas lágrimas, y viendo el sefíor a los pequefíines de aquel hombre llorando de miedo de que los vendieran, se compadeció y perdonó. Ese hombre parece que se acordaría de los apuros que pasó, y haría honor a la bondad de su señor siendo bueno y compasivo con sus compañeros; pero no; ya habéis oído lo que sucedió; se encuentra a la salida de la casa de su sefíor con un pobre compafíero que le debía un pufiado de pesetas: no tenía en aquel momento para pagarlas y sin más aviso ni más preámbulos, Jo coge del cuello y lo quiere ahogar si no Je pagaba. Escena feísima, cien veces reproducida por esas riñas de los chicos por esas discusiones inacabables de las chicas pidiéndose explicaciones y exigiendo que les den Jo que se les figura que les deben. Con razón aquel señor se enojó terriblemente y mandó castigar al siervo necio, tan humildito para pedir con lágrimas en los ojos que le perdone su deuda, y tan altanero y duro de
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz