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-24- Explicación para los mños Decimos a un nifío cristiano medianamente instruido; a ver, haz la sefíal de la cruz; el nifío alarga y junta los dedos índice y corazón de su mano derecha } , trazan– do una cruz desde la frente hasta el pecho y desde el hom– bro izquierdo al derecho dice: «en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén.» Sin darse cuenta, ha hecho un acto de Fe, confesando el misterio de la SSma. Trinidad y el de la Redención del mundo por la cruz de nuestro Sefíor Jesucristo. Si el nifío es bueno, sin que nadie se lo mande, hace lo propio al acostarse, al lev¡¡.n– tarse, al salir de casa, al comenzar a comer, al entrar en la iglesia y en cualquiera peligro que lo acometa; en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén. Así lo hizo para ensefíárnoslo el mismo Jesús cuando, triunfador ya de la muerte y del infierno por la santa Cruz, mandó a los Apóstoles que fueran por todo el mundo, predicando el Evangelio y bautizando en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; así llegó hasta no– sotros la Redención; cuando, todavía muy pequefíitos, nos trajeron al templ_o, y el sacerdote derramó el agua bautis– mal sobre nuestra cabeza, diciendo al mismo tiempo;» Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espiri– tu Santo», fuimos cristianos y quedamos hechos hijos de Dios y herederos del cielo. Ya veis si tiene eficacia la in– vocación de la Santísima Trinidad. Pero algunos nifíos ya grandecitos muy satisfechos