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-23- vechar et don de Dios, cooperando a la gracia bautismal " rlp orooorcionar esta misma felicidad a los nuestros en cuanto ut!· 11u... 0tros depende. Es un delito dentro del concepto de la ley cristia– na de gracia, el que cometen muchos padres de familia postergartdo indefinidamente el bautismo de sus hijos y retardando su nacimiento para Dios y para el cielo. Es un pecado que clama al cielo abandonar al nifío bauti– zado, cuando va siendo consciente de sus actos a los instintos de sus pasiones, retoños del hombre peca• dor heredado de Adán pór la carne y por la sangre. Mientras el bautizado no pueda por sí mismo cultivar la fe y fomentar la vida sobrenatural que lo hacen hijo de Dios, son sus padres los obligados a despertar en su alma con la educación cristiana 'actos de adhesión y de amor que prevengan el pl~no uso de su razón y las responsabilidades personales que con él comienzan. Junto al bautizado pone siempre la Iglesia al padrino o la madrina que suplan en este punto la falta de los pro– genitores; luego vendrá el maestro educador, el sacer– dote ministro del Sefíor, colaboradores necesarios en la salvación de ese hijo de Dios. y coheredero del cielo; todo esto y más es preciso para que podamos entrar Con ventajas en la lucha contra los enemigos de nuestra alma, y vencerlos y llevar hasta el tribunal de Dios la blanca estola que se nos impone en el sacramento pri- · mero y más necesario, y gracias al cual podremos be– ber a grandes sorbos la gracia santificante represada en los demás Sacramentos.