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VENEZUELA MISIONERA tinelas perrnanf'ntes de la integridad te– rritorial, siempre amenazada por Ios piratas, que habían aprendido a re111011- tar sigilosamente el Guarapiche. Podernos estar seguros de que este lu– gar fue señalado como aparente y con– veniente a los Indios y Misioneros y, en lo futuro, a la Patria (declaración XXlV rle las Ordenaciones) por el Prefecio Fray Angel de Aibalate. El siguiente, lo fu e Fray Manuel de La Mata, con f'i debido tiempo hizo algunos sembrados y albergues, de que comieran y en que se alojaran quienes habían de ,;er lv~ primeros indios pobladores. Ni faltaba la casa para el que ha bía de ser Padre Fundador y el pequeño templo para el Señor de los cielos y tierra . Así las cosas, llegaron el año 1760 cinco nuevos Misioneros ; pero habie11- do primeramente que suplir a las falla~ ,fo lo;, pueblos viejo8, de los <.:incu pro• yectos, sólo pudieron convertirse en rea– lidad Yaguaraparo, en la costa del Gol– fo Triste. y la "otra (fundación), en las sabanas de Cachipo y má rgenes del cau– daloso río Guarapichc" . Y fu eron nom– brados por sus fundadores, resµecti va– mente, lo,, Padres Silvestre ele Zarago– z:i y Lucas de Zaragoza. Para aquella fecha tenía el P adre Fun– dador 43 años ; había nacido el ano 1817. En pleno vigor de sus facultaclc:', empezó el Padre Fundador por irse ele excursión a los m.rnglares a sacar, con paciencia y mansedumbre, varias fami– lias guaraúnas. Algún acto especial ce– lebraron el día 7 ele diciembre del aiio 1760, por cuanto aquella fecha pasó a nuestra~ crónicas conventuales y al ar– chivo, como día fundacional. Muy pro– bablemente ese día fue la fecha de arran– que por haberse quedado a ser vecino permanente en el pequeño poblado el Dios hecho sacramento y prisionero en el Sagrario. Así me consta qur se hizo dos a ños dP.,:pués, el 1762, en la funda– ción de la Yi lla de Upata. 17 Así fu f' como surgió la 'Misión, que se llamó "Sa n Judas Tadeo de Matu rí n" de indios guaraúnos, a los que, andando los tiempos SP. añadieron, como " madrina", otras famifü:s de la tribu cha ima. Y el que hizo punto ganó punto y honores de fundador, que a la vuelta de los 200 años le estamos tributando con el rna– yo r de los entusiasmos. 4.-Nisi Dominus edi/icavent do– mum. . . nisi Dominis cu.stodierit civita– tem. Y ahora. para terminar mis pala– bras, me vais a permitir que dé rienda suelta a los sentimientos, que me bull,,11 en el corrazón. Acudiendo a vuestro llamamiento, Yi ne dP.sde la vecina ciudad de Cumaná, b primera que acogió a los Misioneros Ca– puchinos cuando vinieron a radicarse en estas tierras. Otros vinieron de Caracas, <le Barquisimeto y de la remota 1ara– caiho. Todos hemos venido con ai re de fomilia, al viejo solar de nuestros a nte– pasados. Porque estamos donde estába– mos o volveremos a estar muy p ronto, Dios median te. Y otros, que esperá bamo3 de Tucupi ta, del alto Ca roní, de la Coa– jira y Perijá, no vinieron porque no pu– dieron deja r abandonadas sus avanzadi– llas misionales, donde con la heroicidad de los antiguos está n terminando de alumbrar a Venezuela . Yo levanto mis manos y mis ojos en acc ión de g racias a los montes, a los mon tes de donde nos vino el auxilio. De la sC'rranía del Guácharo, del Santo An– gel de Caripe y de Santa María de los Angeles, vinieron quienes hicieron cr is– tianas estas tierras. De lo alto nos vino el a11xilio y protección ele la Reina de los Angeles; de m:ís alto a ún vino el progreso e incremento, que da sólo Dios y sin el cual nada <;ería que l os Misione– ros hubiéramos plantado y regado con nuestros sudores y con nuestra sangre. Agradeciendo a l Dios del cielo, porque si Dios no fortalece los cimientos, nues– tros edificio,: estarían en el suelo; y si Dios no hubiera custodiado la ciudad,

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