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tuvo relaciones tan estrechas e íntimas con las Tres Divinas Personas. Santo Tomás enseña que "la .efusión de la gracia fué tan abundante, tan com- pleta, que Ella gozó de la unión más estrecha que fué posible con el Divino Autor de la gracia, y mereció de ese modo recibir en su seno al que es la fuente" (12). San Anselmo escribió: "Decebat ut B. Virgo ea puritate niteret, qua sub Deo nequit major intelligi" (13). Convenía que la Santísima Virgen resplandeciese con una pureza tal que fue– ra de Dios no puede concebirse otra mayor. III. SIGAMOS sus HUELLAS Nosotros, en un grado inferior a María, debe– mos practicar también la pureza en sentido am– plio, según el estado social en que nos encon– tramos. l. No se puede aspirar a la pureza del pecado original en el sentido de prevención de María; pero sí por medio del bautismo, por el que se nos aplican los méritos de una redención liberativa y purificatíva. Este sacramento borra el pecado ori– ginal y los pecados personales y deja al alma lim– pia y pura de toda culpa. El hombn: d€be esfor~ (12) I1i part. q, XXVII, a. V, ad. li (13) De. Concep, Virg,1 cap, XVIII• ..... 77 ...... ;>'-·,"

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