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Todas sus acciones se dirigían a la mayor gloria de Dios. Nosotros, por fragilidad o por malicia, co– metemos tantas falta al día ... ! Tropezamos en mil escollos, y a veces caemos miserablemente en el lodo de la culpa grave y nos manchamos el alma y el cuerpo. Pero María, por gracia de Dios, estuvo exenta de tantas miserias morales que nos agobian a nosotros pecadores. 3. Pureza corporal.-María era pura, limpia y bella en todo lo que se refiere a su cuerpo virginal. No sufri6 las consecuencias naturales de las demás madres ni estaba obligada a la Purificaci6n. Su cuerpo puro, sano y bello era reflejo de la belleza de su alma. 4. Pureza en el desapego.-Nosotros fácilmente apegamos nuestro coraz6n a los honores, a los bienes temporales, a los placeres de los sentidos. "Nuestra alma se adhiere a las cosas o personas de este mundo, se apega a los bienes y comodidades de la tierra. Se mancha con frecuencia con el pol– vo de la vida mundana. María tenía muy lejos su coraz6n de las cosas y personas de este mundo. Ningún afecto desordenado o impuro penetr6 en su Coraz6n. 5. Pureza de amor.-Nuestro amor hada Dios y hacia el pr6jimo no es siempre y totalmente puro. - 75---
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