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virtudes y gracias de que pueda estar adornado. Todo cuanto soy y valgo, Reina y Señora mía, cuanto tengo y poseo en el orden natural y de la gracia, de Dios lo he recibido por tu mediación y amor, y en tus sobera– nas manos lo deposito, para que vuelva a su nobilí– ;;imo origen; porque si confesamos que eres el canal por donde nos bajan las gracias del cielo, también de– cimos que eres el acueducto por donde vuelven a su manantial. Eres el hilo conductor que nos pone en co– municación directa con nuestro Padre celestial. Eres el camino inmaculado que nos lleva seguros al cora– zón del mismo Dios. Toma, pues, y recibe todo mi ser. ¡ Oh María, Reina de los corazones! Esclavízame con cadenas de amor, para que yo siempre sea tuyo y pue– da repetir con verdad: Yo soy todo de Jesús por María. A ti sólo quiero amar, Madre mía purísima, préstame tu corazón. Dame tu amor y el de Jesús, que esto me basta para ser feliz y dichoso en mi vida, en mi muerte y por toda la eternidad. Propósitos.-Rogaré a la Madre de la divina gracia que me la conserve siempre en mi alma; que nunca la pierda por los pecados mortales. Y si tuviere la des– gracia de cometer la culpa grave, me arrepienta de veras, haga un acto de contricción, me confiese lo antes posible, y luego con cuidado y cautela continúe vivien• do en la amistad de Dios. Sólo con la gracia santificante puedo agradar a Dios, hacer obras meritorias, unirme íntimamente a las Personas de la Santísima Trinidad y elevarme a los grados de perfección. No sólo pediré esta merced para mí, sino tambien para todos mis prójimos; que todos los hombres cris- - 70 -