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II. La unión de perfección con Dios en Marta y en nosotros. Ill. La unión eucarística de Jesús en María y en nosotros. IV. Necesidad de la gracia en los infieles. I. LA UNIÓN DE GRACIA CON Dms EN MARÍA Y EN NOSOTROS La gracia es un don de Dios. Es una cualidad espiritual y sobrenatural que el Espíritu Santo di, funde en nuestra al~a. Quien posee, en realidad, esta cualidad, participa de la divina naturaleza, se hace hijo adoptivo de Dios, miembro del Cuerpo Místico de Cristo, heredero de la gloria y cohere– dero con Cristo. La gracia nos hace deiformes, real– mente semejantes a Dios. La gracia santificante es como un sol misterioso que da luz, calor y vida. La gracia causa en nosotros una nueva vida, una nueva criatura. En ninguna pura criatura esta unión es más perfecta que en María Inmaculada. Ella ·fué llena de la gracia, desde su Inmaculada Concepción. En la Encarnación del Verbo el An– gel la saluda: Ave, gratia plena... Esto no obstante, la Virgen con sus actos libres, con sus virtudes y santidad fué aumentando con- - fil -