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IV : PLEGARIAS A MARÍA SANTÍSIMA, REINA DE LAS MISIONES ¡ Oh Reina de las Misiones y Madre nuestra! Atiende propicia la oración que te dirigimos por nuestros her– manos los infieles, redimidos como nosotros con la sangre divina de tu santísimo Hijo. Tú, que viste bajar de los cielos a tu maternal rega– zo al Hijo de Dios, no olvides que vino para salvar a todos los hombres. Tú, que observaste con tus bellísimos ojos a un Dios trabajando pacientemente en el pesado y fatigoso ofi– cio de carpintero, al lado de tu esposo José, recuerda que lo hacía para ejemplo de los pecadores. Tú, que le viste exclamar I tristemente: "La mies es .mucha...." Haz que esta mies ofrezca sus frutos al Señor. Tú, que le oíste decir con pesar: •uuo•-•-'-""' '. pocos." Esparce la semilla de ,t- . nos- otros. Tú, que presenciaste cómo __ . . · Hij~ .m¡~,un- ciaba las palabras: "Dejad 1 '.'.:niño~ '8é 1.'{\bdtguen a Mí!" Haz que nuest.ros ni o , ;.{l~ nip-os d~í\lE~f!!\el mundo pagano acudan a osdis:,. E\ tus qhl:g1s1~1• s brazos. \\ · /~~ ~,,..,.' ¡,; ~•1. ', l~ '" O)