BCCCAP00000000000000000001104
Verbo Encarnado. El Pontífice Benedicto XV in– trodujo oficialmente en las Letanías Lauretanas la suave y dulce invocaci6n de Reina de la Paz. Como recuerdo de la paz después de la tremenda guerra mundial del 1914, se erigi6 en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma la imagen mar– m6rea de Regina Pacis. María posey6 la paz en la armonía de su perso– na y de sus acciones, siendo inmune de todo peca– do original y personal. No padeci6 ningún desor. den moral. En el ámbito familiar irradi6 la ·más perfecta paz. En el orden social se someti6 a las leyes mosaicas, aunque no estaba obligada. La gran reconciliaci6n del hombre con Dios, de la tierra con el cielo, dependi6 de su consentimiento. Ella cooper6 con Jesús a restablecer el orden perdido y coopera todavía con su valiosa protecci6n para que reine la paz y se establezca el reino de la paz en todo el mundo. De Jesús, dijo San Pablo: "Que es nuestra paz, que hizo de los dos pueblos uno" (223). Del pueblo israelítico y gentil hizo uno solo, que es la Iglesia Plebs sancta. El puebÍo sa.n– to de Dios. (223) Eph., II, 14. . - 537 -
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz