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dote y le dijo: "Le aconsqo rezar el rosario." La conversación prosiguió, pero el incrédulo no podía quitar de la mente aquellas palabras del sacerdote. Dondequiera que estuviese le acompaña– ban. Después de algunos años, el sacerdote recibió una carta de buen amigo, en la que le hacía cons– tar que había encontrado la fe y se sentía verdade– ramente feliz. IV. EL RosARIO M1s10NERO La práctica del Rosario es un apostolado conti– nuo. Los amantes de las Misiones en la patria ca– tólica, en el rezo del Santo Rosario deben extender su mirada por todo el mundo y rogar por todos los que están fuera de la Iglesia católica, para atraer– les a la fe en Jesús y a la devoción a María. El Rosario debe aplicarse por los pecadores que viven privados de la gracia santificante, para que adquieran la filiaci6n espiritual de Hijos de Dios y de María, y de esa manera se salven eternamente. El Rosario debe rezar también el candidato que se prepare para el apostolado, meditando los mis– teri?s que contiene y considerando las ventajas que encierra. El Rosario será un arma para los misioneros - 528 -