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hubieran perecido o, por lo menoe, resultado 'heridos. La Inmaculada, que con tanta fe y confianza había invocado Pío IX, .les había salvado. La Virgen Santí– sima quería demostrar su gratitud al Papa, que solero• nemente la había proclamado- Inmaculada. La confirmación de la definición dogmática de la In– maculada Concepción la tenemos en las múltiples apa– riciones de la Virgen de Lourdes a Santa Bernadetta. Desde entonces, María Inmaculada no ha cesado de mostrar su protección a tantos enfermos de cuerpo y alma que han visitado aquel Santuario Mariano, el más célebre de todo el mundo. Súplicas,-Madre mía Santísima, que fuiste concebi– da sin ma~cha I de pecado original, inmaculada en el cuerpo y. ~n el. alma, desde el . primer instante de tu ser natural~ en virtud de los méritos de tu Hijo Jesús, míranos benigna y misericordiosa y no nos dejes caer en las culpas personales. Líbranos del dominio de la antjgua ,serpiente, contra la cual fué lanzada la prime– ra maldidón, qeú continúa combatiendo y engañando a los míseros hHos de Eva. No permitas que cedamos jamás a su insidias, a sus malignas tentaciones y per, versas sugestiones. Aplástale la cabeza. Vuelve tus ojos piadosos ,sobre mí que, lleho de confianza en tus bondades maternales, te suplico auxi– lio en el camino de la vida para mí y para todos mis pr6jimos. ~n todos los momentos difíciles de la vida y en el terrible de la muerte. acudiré con confianza fi. lial a mi Madre Inmaculada. Diré con frecuencia: Ben– dita y alabada sea la Inmaculada . Concepción de la siempre Virgen María, coiiee-hidá sin pecado original desde su primer ser natural. -- 511 4
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