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tal sin detrimento del mismo; de semejante ma– nera, Jesús apareció en este mundo sin quebrantar la virginidad de su Madre Santísima. La concep– ción y el nacimiento de Jesús, lejos de causar al– guna mancha moral y material en la Virgen In– maculada, acrecentaron nuevos privilegios y nuevos lirios de suavísima fragancia. De este modo quiso honrar Dios a la Virgen. Es tradición común de los Santos Padres y Es– critores Eclesiásticos que la Virgen Santísima en la presentación al templo se consagró a Dios con voto de perpetua virginidad. El voto es más excelente que la virtud, porque procede de una virtud más noble, que es la virtud de religión, la cual nos dis– pone a cumplir dignamente las obras que perte– necen al culto divino. Fué, por tanto. este voto lo que en el momento de la Anunciación se presentó a la mente de la Virgen como un obstáculo a los divinos designios. Pero las palabras del Angel disiparon la dificultad. iluminaron el misterio, María se tranquilizó y dió su consentimiento. Por un privilegio único, María, permaneciendo Virgen, concibirá al Verbo Encar- nado, de modo que será Virgen y Madre a la vez. María es el templo vivo de la Santísima Trini– dad. Consagrado definitivamente por la Encarna- - 46 -