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también nuestros modelos sobre la tierra. En este hermoso jardín de a Iglesia hay de todas las clase). ~u gloria en el cielo no depende de la dignidad o elevaci6n social en este mundo. La gloria se mirle s~gún la santidad y la gracia. Es posible que un simple confesor lego esté más elevado en la gloria que un Sumo Pontífice. Cada categoría nos dice: ¿Por qué tú no sigues mis huellas? ¿ No podemm nosotros viadores ejercitar las virtudes que ejerci– taron los comprensores? ¿ No eran de nuestra na– turaleza? ¿ No tenían los mismos obstáculos? Si ellos con la gracia los vencieron, también nosotros podremos con ella. · Sigamos, pues,las huellas de los Santos, vayamos tras ellos, imitemos sus virtudes, copiemos sus vidas. Que María Inmaculada sea nuestra Reina, que domine nuestra inteligencia, nuestra voluntad, nuestro coraz6n, nuestros sentimientos, nuestras ac– ciones, nuestra conducta, todo nuestro ser y todo nuestro obrar. Que .domine en todas partes, en to– das las circunstancias, en todo tiempo, en la vida y en la hora de la muerte. EJEMPLOS.-Como ejemplos, cada uno puede elegir entre los Santos devotos de María a los que quiera.. Todos honraron y amaron a la Virgen, pero unos <\e distinguieron más que otros. A unos agradaba más un - 481 -