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medio de salvaci6n, se haya extendido por toda la tierra. II. CONTINUACI6N DE u MISI6N APOST6LICA En todas las épocas de la Historia, la Iglesia ha enviado ap6stoles y misioneros, dispensadores de la doctrina de Cristo. Copiamos, el texto de Bene– dicto XV para confirmaci6n de este aserto: "Aun en los primeros siglos, cuando una en pos de otra, suscitaba el infierno encarnizadas persecuciones para oprimir en su cuna a la Iglesia y todo rebosa– ba sangre de cristianos, la voz de los predicadores evangélicos se divulg6 por todos los confines del Imperio Romano. Pero desde que públicamente se concedi6 a la Iglesia paz y libertad, fué mucho m:ayor en todo el orbe el avance del apostolado: obra que se debi6, sobre todo, a hombres eminentes en santidad. Así, Gregario el Iluminador gana para la causa cristiana la Armenia; Victorina, a Esturia; Furmencio, a Etiopía. Conquista para Cristo a los irlandeses, Patricio; a los anglos, Agus– tín; Columbano y Paladio, a los escoceses. Más tar– de hace brillar la luz del Evangelio para Holanda, Clemente Wilibrordo, primer obispo de Utrecht, - 45~ -