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I. PROFETAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO El nombre de profeta se suele tomar en varios sentidos. Por hombre santo, religioso, destinado a cantar las divinas alabanzas. Por doctor o catequis– ta que, movido por el Espíritu Santo, exhorta a la piedad. Por el que tiene potestad de hacer mila– gros. Pero el sentido propio y genuino de profeta es el que, inspirado sobrenaturalmente por Dios, conoce, ve y predice las cosas antes que se verifi– quen, que no se pueden conocer por medios natu– rales o simples conjeturas. El .Profeta habla en nombre de Dios, y lo que Dios sobrenaturalmente le da a conocer. El autor de la gracia y de la natu– raleza quiso manifestar muchas cosas arcanas a los hombres, para lo cual se ha servido de los verdade– ros profetas como instrumentos suyos. Los oráculos de los Profetas se conservan en los Sagrados Libros. Mensajeros de Dios entre los hom– bres reprenden a los soberanos y ·al pueblo israelí– tico sus idolatrías e infidelidades con toda libertad y con peligro de sus vidas. Eran los Maestros su– premos y auténticos enviados por Dios para dirigir - 443 -

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