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las Escuelas o el Doctor Angélico por la sublime cien– cia que poseyó. Se elevó como un ángel. Desde sus más tiernos años se distinguió por una devoción especial a María. Un día que tenía en sus manos un papel en que estaba escrito el nombre de María, lo estrechaba amorosamente sobre el pecho. La nodriza se la quitó por fuerza. No se tranquilizó hasta que no se la devolvió, y entonces, metiéndola en la boca, la tragó. Tales eran las señales de que con el tiempo debía aumentar en él la devoción y el amor a María. Aún joven entró en la Orden de Predicadores y sus parientes intentaron disuadirle. Le presentaron una mujer para hacerle caer en pecado de impureza. El invocó la protección de María Santísima y cogió un tizón ardiente y con él puso en fuga a la mujer mun- dana. · Con esta victoria contra el mundo y la concupiscen– cia, Tomás se postró de rodillas y con lágrimas y sus– piros dió gracias a Dios y a María por haber triunfado del enemigo. En este momento que estaba orando fué arrebatado en éxtasis y vió descender un ángel del cielo que le ciñó fuertemente los lomos; y después durante toda su vida no sintió jamás los estímulos de la con– cupiscencia. De ese modo pudo elevarse a la contem– plación de las cosas celestiales y penetrar, en cuanto es posible, en los secretos de la ciencia teológica y filo– sófica. Debió a María Santísima la victoria sobre el diablo y la ciencia teológica que poseyó en grado eminente, que le mereció el título de "Doctor Angélico". Súplicas.~Pidamos a la Virgen la victoria sobre el - 430 -

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