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III. LA foLESIA MISIONERA TRIUNFARÁ POR MARÍA Jesús fué tentado por el diablo y le venció. Curó muchas veces a los endemoniados poseídos del de– monio. Dió potestad también a sus discípulos para arrojarles de los cuerpos. En una ocasión que los discípulos no pudieron, fué el mismo Maestro di– vino quien le arrojó, y dijo que aquel género de demonios no se podía vencer sino con la oración y con el ayuno (183). Los misioneros no sólo arrojan al diablo de los cuerpos, sino principalmente de las almas. Predi– cando, bautizando y confesando libran a los hom– bres y a los pueblos de la esclavitud del demonio. Vencen a los secuaces de Satanás combatiendo la idolatría, el paganismo, las supersticiones, los sor– tilegios, la magia y otros muchos errores. Los misioneros, por medio de la Reina de los Angeles, vencen a los ángeles malos que están dis– persos por el mundo para tentar a los hombres buenos. Los misioneros de Cristo constituyen el ejército pacífico de la Iglesia que combate por el (183) Matt., XVII, 20. - 428 -