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a Santa María, Reina de los Angeles, se debe re– cordar la de Santa María de los Angeles de Asís, conocida también por el nombre de Porciúncula. Esta, en su origen, era una pequeña capillita per– teneciente a los Benedictinos del Monte Subasio, que la cedieron a San Francisco de Asís. Allí re– uni6 a sus primeros compañeros, desde allí les en– viaba a predicar por todo el mundo; allí visti6 a Santa Clara de Asís el hábito de dama pobre. Fué siempre considerada como la cuna de las Ordenes Franciscanas. En la capillita se aparecieron a Fran– cisco, Jesús y María, y le concedieron el privilegio de la Indulgencia de la Porciúncula o perdón de Asís, confirmado después muchas veces por la su– prema autoridad de la Iglesia. II. LUCHANDO CON MARÍA VENCEREMOS A LOS ÁNGELES MALOS San Juan, en el Apocalipsis, nos describe la ba– talla del cielo entre los ángeles. "Apareci6 en el cielo upa señal grande, una mujer envuelta en el sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre la cabe– za, una corona de doce estrellas, y estando ·encinta, - 42? -