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a los misioneros en sus ministerios apostólicos, re– curriendo a Santa María en las dificultades, en los peligros, en las fatigas y en las adversidades. Que María sea su más dulce esperanza en las con– quistas de la fe, su apoyo en las tribulaciones, su luz en las tinieblas, su consuelo en los trabajos. María estrella polar que conduce a los misioneros por las vías difíciles de la evangelización. En el nombre de Santa María vencerán todos los errores y herejías. Cunctas haereses sola interemisti in uni– verso mundo. EJEMPLO.-Corría el año 1763, cuando un poltente ejército turco invadía Austria y asediaba a Viena. La metrópoli estaba ya en peligro de ser tomada por asal– to. Las iglesias estaban llenas de día y de noche; lo~ sacerdotes exhortaban a la oración y a la confianza~ el dulcísimo nombre de María estaba en los labios de todos los fervorosos cristianos. Por todas partes, entre el temor y la confianza, se repetía sin cesar: Santa Ma– ria, ruega por nosotros. En tanto, llegó el 8 de sep– tiembre, día de la Natividad de la Virgen, en que el enemigo lo había preparado todo para dar el último asalto a la ciudad. Mas de pronto vino en ayuda de los sitiados un fuerte ejército polaco, mandado por Sobiescki, y al día siguiente se presentó a la vista de los turcos en orden de batalla. El rey asistió a la misa y la sirvió, recibió la comunión y oró. "Ahora, ¡va– mos a la batalla!" Animados con la voz del soberano, los valerosos polacos mostraron tanto valor y energía, que a los primeros ataques las hordas turcas se asus- - '.24 -