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siempre amable, porque sale de un corazón lleno de bondad. Tú eres una mansión digna de Dios; el ornamento y la flor privilegiada del género hu– mano" (27). Todo cuanto se: ~:mede decir sobre la tierra es poco; porque no hay comparación adecua– da. Por boca de las vírgenes de Jerusalén es saluda– da con un grito de admiración: "¿ Quién es ésa que se levanta como la aurora, bella como la luna, her– mosa como el sol?" (28). Ante tu belleza incompa– rable se eclipsan la hermosura .de Rebeca, de Ra– quel, de Ester, de Judit o de otras mujeres celebra– das en las divinas Letras. II. MARÍA, AMABLE EN su COMPORTAMIENTO María fué sumamente amable con todos y en todas las épocas de su vida. En efecto: amable con sus padres, San Joaquín y Santa Ana, por su hu– mildad, sumisión, docilidad y alegre obediencia. Amable en el templo con el sacerdote y con las demás personas con las cuales convivió por algún tiempo. Amable con su esposo San José, antes y después de la Anunciación; en las penas y dolores que su- (27) Hom. I in Nativit., núms. 9 y 11. (28) Cant., VI, 9. -133 -

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