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ci6n de la Madre de Dios que aun en los lugares más apartados y privados de sacerdotes penetr6 la devoción a la Virgen Inmaculada. Le6n XIII convocó en Roma en ]899 un Concilio Plenario de los Prelados de la América latina. En la congregaci6n general del día 31 de mayo decreta– ron los Padres que se consagrase el Concilio al Co– razón de Jesús y a la Inmaculada Concepción de María, Patrona principal de la América española. El texto de la consagraci6n fué aprobado el día 3 de junio de dicho año, y era como sigue: "A Ti, ¡ oh Inmaculada Virgen María! Dulcísima Madre Nuestra, que sola destruiste todas las herejías en el universo mundo, que en Guadalupe y en los demás monumentos de tu piedad para con nuestros pueblos, constituíste otras tantas ciudades de refu– gio, que fuiste la Tutora e Institutora de ellos en le verdadera fe de Tu Hijo amantísimo, con áni– mo agradecido y con un sentimiento de filial amor, solemnemente consagramos, ofrecemos y hacemos devoci6n de este Plenario Concilio, a una con to• dos los Pastores y fieles de América latina. A tu amparo nos acogemos y a tu maternal Patrocinio encomendamos nuestras labores y el fruto de nues– tros trabajos. Bendícenos, Madre nuestra, bendíce– nos, Patrona nuestra Inmaculada y Poderosísima, tuyos somos, muestra que eres nuestra Madre; sal- - 12~-:--

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