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· venio entre el monasterio de Ripoll y el de Gual– ter, en el afio 1071, consta que la fiesta de la Con~ cepción Inmaculada se celebraba ya en Cataluña. Al celo incansable por la devoci6n a la Inmaculada de San Veremundo, Abad del monasterio de Ira~ che (Navarra), muerto en 1092, se debe, en gran parte, que se introdujera la fiesta en el referido monasterio y se extendiese sucesivamente por otras partes de Navarra, de Castilla y demás provincias españolas. La devoción y fervor del pueblo español por este privilegio fué aumentando por todas partes. Los Ayuntamientos hacían votos de defender este privilegio; llevaban consigo sus imágenes; ponían sus efigies en las paredes de las calles; se descubrían y las saludaban al pasar delante de ellas y rezaban el Angelus al toque de campana. Cuando se en– contraban dos personas se saludaban con la expre– sión: Ave María Purísima, Sin pecado concebida. El mismo saludo usaban los pobres mendicantes, cuando pedían .limosna por las casas. Algunas Universidades, como París, Colonia y Salamanca hicieron voto de defender constante– mente este privilegio glorioso. Concilios Generales y particulares juzgaron esta cuestión corno digna de ser discutida y definida. En el Concilio de Ba– silea se distinguió el doctísimo teólogo español .,.... 12~ -