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74 GUÍA DE SUPERIORES aceptio apud Deum. Ante Dios no hay aceptación de pc,rsonas, porque todos somos hijos del mismo Padre celestial que está en los cielos. Lo mismo ante el Supe– rior, que es el representante de Dios, no debe existir la aceptación de personas, o sea, el favoritismo, las parcia– lidades, las simpatías y antipatías, las amistades par– ticulares... Jesús, en la oración sacerdotal ruega por todos los creyentes para que estén unidos, ut omnes unum sint, sicut Pater in me, et ego in te, ut et ipsi in nobis unum sint (4). Los Superiores deben procurar la unión frater– na de todos sus súbditos; no recibieron el oficio y el cargo para algunos solamente, sino para todos; deben, pues, ser padres de todos. Fomentar el espíritu de fa– milia, a fin de que todos tengan un solo corazón y una sola alma, como se decía de los primeros crirstianos. En la unión y en la armonía de la convivencia mu– tua, es cuando se goza de la felicidad claustral y se pue– den repetir las palabras del Salmo: Ecce quam bonum et quam jucundilm habitare fratres in unum (5). Las parcialidades,, simpatías, :preferencias injustifi– cadas... , son causa de envidias, de celos, de sospechas, de murmuraciones, de divisiones, de 'quejais... 1 Narra una fábula que un señor tenía un perrito, al cual pro– digaba toda clase de caricias, y un burro, al cual car– gaba de trabajo y no le faltaban palos. Este, un día pen– só: ¿Por qué a mí siempre trabajo y palos, y a aquél comida exquisita y caric:as sin cuento? ¿No será quizá porque yo no hago caricias a mi amo? Acercóse, le~ (4) Joann., XVII, 20-21. (5) Ps. 132, l.
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