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CONF. IV.-DEFECTOS QUE DEBE EVITAR 67 odioso, detestable... ; con las serpientes en la cabeza, por– que el envidioso está lleno de ideas venenosas... ; con una serpiente en cada mano, porque apretándolas, con una se inocula el veneno a sí mismo, y con la otra, a los demás... Por la envidia vendieron los hijos de J acob a su her– mano José; por envidia, los judíos entregaron a Jesucris– to: Sciebat enim quod per invidíam tradidissent eum (20). San Frandsco dice en la Regla: "Guárdense los Frai– les de toda soberbia, envidia, avaricia, cuidado y solici– tud de este mundo" (21). Cuando la ambición se une a la envidia en una Comunidad o en una Provincia, no falta– ran discordias, murmuraciones, críticas... Si existen en tre los mismos Superiores, unos destruirán lo que otros edifican ... Para remedio de este vicio detestable es necesario considerar y penetrarse bien del concepto de fraterni– dad. Todos somos hijos de Dios, y todos debemos amarle con todas nuestras fuerzas ... Todos estamos incorporados a Oristo por el bautis– mo ... , somos y formamos un solo Cuerpo místico, cuya cabeza es Cristo; luego los miembros deben amarse, que– rerse bien, procurar el bien, alegrarse del bien de todos y del de cada uno de los miembros. Somos miembros de una misma Orden, está en nues– tro honor e interés que en ella haya sujetos sabios:, inte– ligentes, oradores... , que existan buenos Superiores que brillen por sus cualidades... Somos también miembros de una misma Provincia; por tanto, como hijos agradecidos y como hermanos, com- (20) Matt., 27, 18. (21) Reg. cap. X.

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