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52 GUÍA DE SUPERIORES f) Cultura administrativa En virtud de nuestra legislación, no podemos tener propiedad, ni en común ni en particular. Todos nuestros bienes materiales pertenecen en propiedad a la Santa Sede. Se nos concede el simple uso de las cosas necesa– rias o convenientes para la vida. Lo que según la legis– lación o las legítimas dispensas se nos permite, es ne– cesario custodiarlo y administrarlo debidamente y con cuidado, porque de lo contrario, se falta al voto o al espíritu de pobreza altísima, propia del Fraile Menor. Según nuestras leyes, la administración económica es– tá confiada a los Superiores o a los Ecónomos respectivos bajo la vigilancia de aquéllos. Para administrar una Comunidad o una Provincia no es necesario ser banqueros, hacendistas, comerciantes, peritos mercantiles, etc. Pero sí se requieren los cono– cimientos suficientes de contabilidad para llevar como conviene los registros de misas, de limosnas, de entradas y salidas, de contribuciones y otras mil cosas de econo– mía doméstica y familiar. El Superior debe informarse de las necesidades ma– teriales de la Comunidad, de los religiosos en particular; proveer con tiempo las cosas necesarias para el culto, para comer, vestir, viajar. Cuidado especial para que no falte nada a los enfer– mos, a los ancianos y necesitados. Procurar que los Lectores, los Profesores, los estu– diantes, los predicadores tengan todo lo necesario para sus trabajos intelectuales y apostólicos. Visitar la iglesia, el refectorio, la cocina, la despensa

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