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CONF. III,-DOTES CIENTÍFICAS Y CULTURALES 47 c10n con los religiosos aún exentos. Recibir y leer los Organos oficiales de la Santa Sede y de la Orden, a fin de que él mismo y sus súbditos estén al corriente de las le– yes, ordenaciones, directrices y de la mente de las jerar– quías de la Iglesia y de la Orden. Con el conocimiento del Derecho podrá evitar mu– chos choques con los religiosos y con el clero secular. Prevenir y evitar colisiones, cuyas consecuencias pue– den frustrar la armonía e impedir la actividad apostólica. En nuestras relaciones con el clero secular, sobre todo en estos tiempos en que se nota bastante la lucha y el antagonismo, no siempre hemos de ser excesivamen– te exigentes. Según el espíritu y la mente del Seráfico Padre: "Nosotros hemos sido enviados para ayudar a los clérigos en la salvación de las almas; y lo que en ellos se encuentra de menos, sea suplido por nosotros. Cada uno recogerá el premio, no según el grado, sino según la obra. Sabed, hermanos, que a Dios es gratísima la con– quista de las almas, y esto lo podemos conseguir mejqr en paz que en discordia con los clérigos. Estad sometidos, por tanto, a los prelados. Si vosotros sois hijos de paz, ganaréis al clero y al pueblo, y de este modo os haréis más aceptos a Dios" (9). En el estudio y aplicación de las disposiciones jurídi– cas, el Superior procurará atender más al espíritu que a la letra, considerando la finalidad de las leyes. El buen sentido, la prudencia, la rectitud de conciencia y el con– sejo prudente ayudarán en la aplicación concreta de la legislación. Si un Superior local está al frente de una Comuni– dad donde hay diversidad de oficios, con derechos y de- (9i Sp,ecchio di perfezíone, cap. IV, p. 88.
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