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46 GUÍA DE SUPERIORES tído y juicio práctico, lo bueno de lo malo, lo perfecto de lo imperfecto, lo útil de lo nocivo. En una palabra, for– marse un juicio seguro y recto acerca de la Comunidad y de los individuos en particular. Si es Superior de una Casa de estudios, que se pre– pare para presidir con decoro los exámenes e informarse debidamente del progreso de los alumnos y del trabajo y méritos de los Lectores o Profesores. Lo que dice Santa Teresa de los Directores y Confe– sores, podemos también aplicar a los Superiores: "Así que importa mucho ser el maestro avisado, digo de buen entendimiento, y que tenga experiencia; si con esto tie– ne letras, es de grandísimo negocio ... , y es gran cosa le– tras, porque éstas nos enseñan a los que poco sabemos, y nos dan luz, y llegados a verdades de la Sagrada Es– critura, hacemos lo que debemos: de devociones a bobas, nos libre Dios" (8). b) Cultura jurídica Para gobernar con prudencia y acierto, conservar el orden y la concordia, dentro y fuera de casa, es necesa– rio que el Superior posea la ciencia jurídica suficiente. Que lea con frecuencia el Código de Derecho Canónico y algún comentario, sobre todo en la parte que concier– ne a los religiosos; que sepa y recuerde la Regla con una buena y autorizada explicación; que tenga a mano lae Constituciones, las Ordenaciones de los Capítulos Gene rales o Provinciales; las Cartas Circulares de los Supe riores Mayores; el Boletín de la Diócesis, para conocel las disposiciones del Ordinario que pueden tener rel~ (8) Vida, cap. XIII, n. 16.

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