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CONF. 11.-REQUISITOS PARA SER BUEN SUPERIOR 35 hasta que se forme Cristo en vosotros. Y quisiera hallar– me entre vosotros ahora, y matizar las inflexiones de mi voz, pues no sé qué hacerme con vosotros" (13). · El Sumo Pontífice reinante, en el Discurso que di– rigió a las Superioras Generales, el 15 de septiembre de 1952, con ocasión del primer Congreso que tuvieron en Roma, entre otros consejos les da el siguiente: "Re– cordad que los votos han exigido a vuestras Religiosas, como también a vosotras, un gran sacrificio. Ellas han renunciado a la familia, a la felicidad del matrimo– nio y a la intimidad del hogar. Sacrificio de alto valer, de importancia decisiva para el apostolado de la Iglesia, m.as siempre sacrificio. Aquellas que tienen un ánimo más noble y más fino sienten este desprendimiento de una manera más profunda. La sentencia de Cristo: El que, habiendo puesto la mano en el arad.o, vuelve atrás, no es apto para el reino d,e Dios, tiene aquí una apl,icación integral y sin excepción. Mas la Orden debe tomar el puesto de la familia, en cuanto es posible, y vosotras, Superioras Generales, sois las llamadas, en primer lugar, a sostener en la vida común el calor de los afectos fa– miliares. Por esto debéis ser maternales en vuestro comporta– miento exterior, en las palabras, en los escritos, aun si alguna vez tenéis que dominaros. Mas sedlo sobre todo en vuestros pensamientos íntimos, en vuestros juicios y, en cuanto sea posible, en vuestra sensibilidad. Pedid todos los días a María, Madre de Jesús y nuestra, que os enseñe a ser madres" (14). (13) Gal., IV, 19-20. (14) C'fr. Atti del I Congresso Nazionale delle Federazioni tra le Religiose d'Italia (6-10 settembre, 1952), Supplemen– to A. L. A., p. 141-142. Genn.-Aprile, 1953, Roma, 1953.
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