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CONF. Jl.-REQUISITOS PARA SER BUEN SUPERIOR 29 ble necesidad de manjares especiales, de ningún modo sea nombrado Superior (4). Un Superior que no goza de salud suficiente y habi– tual para poder desempeñar su cargo con regularidad no debe ser elegido, o no debe aceptar el oficio que be le confía. La razón es muy obvia; porque el Superior debe ser el primero en toda la observancia regular, debe pre– sidir los actos comunes, adaptarse a la disciplina ordina– ria. Además de ser el primero en la observancia común, es necesario que despache todos los negocios del conven– to; que atienda a sus súbditos; que reciba a las personas seglares; que se ocupe en muchas cosas necesarias para la buena marcha de la Comunidad. Ahora bien, dice un adagio vulgar: Cuando faltan los gatos, los ratones bailan; y más seriamente dice S. Atanasio: Pastorum absentia tupis invad,endi gregem occasionem praestat (5). Con la buena salud se conserva más fácilmente el equilibrio, la alegría y el buen humor. En cambio, a las enfermedades físicas se suelen unir con frecuencia otras enfermedades psíquicas y mentales. M,ens sana in corpore sano. Nunca deben ser elegidos Superiores los neuropáti– cos, hipersensibles, lunáticos, fantásticos. Tampoco los abúlicos, incapaces de determinarse, ni los que padecen frecuentes amnesias mentales, que puedan causar dis– gustos y desórdenes en las Comunidades. ú'n Superior con estos y otros semejantes defectos físicos o psíquicos, se haría insoportable a sí mismo y a los súbditos. (4) Const., cap. VIII, n. 137. (5) Apol. ad Const.
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