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CONF. XVI.-ADAPTACIÓN Y RENOVACIÓN 253 Una renovación pura y fecunda debe aspirar a un mayor rendimiento espiritual y apostólico, a la plena consecución del fin por el que la Iglesia aprobó el Insti– tLto al que cada cual pertenece ... ¿ Qué cosa exigen de nosotros las condiciones del rr.undo actual? Que seamos en medio de la sociedad los verdaderos exponentes de la perfección cristiana, los ge– nuinos apóstoles del Evangelio. Renovémonos en el verdadero espíritu religioso y, ha.ciéndonos perfectos Religiosos, vayamos al mundo como Jesús nos quiere: Lux mundi et sal terrae. He aquí nuestra verdadera reforma. En la renovación de la vida religiosa tenemos que seguir el mismo orden natural psicológico moral: 1) Profundizar siempre más en el conocimiento y e:1. el amor al ideal de la vida religiosa en general y del propio Instituto en particular. Esto se obtendrá más fá– c~lmente con una seria formación de los educadores, con un programa completo y bien distribuído de Instruccio– nes para los jóvenes, con ayuda de congresos, cursos y otros expedientes, por un estudio más profundo de la naturaleza, vida y fecundidad, etc., de la vida religiosa. 2) Aumentando el sentido de la conciencia de los propios deberes y responsabilidades. Este es un deber gravísimo de la formación y de la educación religiosa, de la dirección espiritual, de la sana lectura y del estudio; debe ser fruto de Ejercicios espirituales y Retiros devota y asiduamente practicados. 3) Haciendo gustar la felicidad de la práctica de la vida espiritual, aumentando el espíritu de oración y de-

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