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CONF. XVI.-ADAPTACIÓN Y RENOVACIÓN 249 la palabra eterna de Dios infalible y adaptable a todas las generaciones y a todas las épocas. La perfección reli– giosa no es más que la perfección evangélica. Debe ser la inquietud de todos los Religiosos el seguir a Cristo, imi– tar a Jesucristo, ajustarse al Evangelio de Jesucristo. El primer fundamento de toda la vida religiosa es se– guir a Cristo, vivir la vida de Cristo, unirse e identifi– carse con Cristo, adoptar su doctrina, sus enseñanzas, sus ejemplos... Jesús es el Maestro y el Modelo de ayer, de hoy y de todos los tiempos. 2. 0 Los Consejos evangélicos. La imitación de Je~ sucristo se realiza precisamente por la observancia de los tres consejos evangélicos de pobreza, castidad y obedien– cia. Por estos tres votos renunciamos al mundo, a las riquezas, a la carne, a los placeres, a la propia voluntad ... Van contra las tres concupiscencias que nos impiden la unión con Dios, remueven los impedimentos de la cari– dad y de la unión y familiaridad con Jesucristo. Por ellos, el Religioso se consagra al servicio de Dios y aspira a la perfección propia de la vida religiosa. La única renovación que es posible en estos puntos esenciales es conocer mejor a Cristo, vivir con más in– tensidad la vida de Cristo, volver siempre los ojos al Evangelio, vivirlo mejor y con más perfección. Los san– tos Religiosos pasados y presentes nos demuestran que ésta es la vía regia, sólida e inmutable de la santidad... Jesús es el ideal del monje y del cristiano. 3. 0 El espiritu de los Fundadores. Cada Orden o Instituto tiene su propio Fundador, el cual, inspirado por Dios, suscitó un modo especial de vida religiosa y dió normas o reglas para seguirla. Ya hemos visto al prin-

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